“Deberes de verano… ¿misión imposible?”

Llega el verano, suben las temperaturas… y también los niveles de frustración cuando los deberes entran en escena. Padres y madres responsables, que conocen las dificultades académicas de sus hijos, intentan que repasen lectura, matemáticas o comprensión lectora durante las vacaciones. La intención es buenísima: evitar retrocesos, reforzar lo aprendido y ganar seguridad para el nuevo curso.

Pero la realidad muchas veces se parece más a una escena de misión imposible: niños que se niegan, adolescentes que se resisten, enfados, gritos, negociaciones eternas… ¿Te suena? No estás solo.

Obligar a un niño o niña a trabajar en verano no es tarea fácil, y menos si hay emociones revueltas, dificultades no resueltas o simplemente agotamiento. Por eso, es fundamental combinar la constancia con la empatía, la disciplina con el juego, y el objetivo académico con el cuidado emocional.

Desde la disciplina positiva y el acompañamiento respetuoso, te propongo estrategias reales, prácticas y adaptadas a cada familia. Aquí encontrarás ideas para transformar los deberes de verano en momentos más llevaderos, sin perder la cabeza… ni la conexión con tus hijos.

El éxito escolar no es magia: es constancia, esfuerzo y se construye con amor, paciencia, acompañamiento y un entorno que lo haga posible: estructura, apoyo emocional y hábitos positivos.